ABSALÓN JIMENEZ BECERRA
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El lector hallar? reunidos ac? siete fragmentos biogr?ficos destinados a reactivar la memoria de la pr?ctica pedag?gica colombiana, seg?n una expresi?n de Olga Luc?a Zuluaga. Se trata de una selecci?n de las trayectorias vitales e intelectuales de hombres como don Mart?n Restrepo Mej?a (1861-1940), pedagogo oficial de la Regeneraci?n y la Hegemon?a conservadora; Don Agust?n Nieto Caballero (1889-1975), pedagogo emblem?tico de la Rep?blica liberal y difusor de la Pedagog?a activa; el doctor Jos? Francisco Socarr?s (1906- 1995), rector de la Escuela Normal Superior, primera instituci?n p?blica para la formaci?n universitaria de maestros; el maestro Estanislao Zuleta (1935-1990), fil?sofo autodidacta e intelectual cr?tico del sistema capitalista y sus instituciones escolares; Marco Ra?l Mej?a Jim?nez (1952) promotor de la pedagog?a cr?tica y gestor de la educaci?n popular en Colombia; Francisco Cajiao Restrepo (1947), licenciado en filosof?a y econom?a, motor del debate contempor?neo en educaci?n; y el ?profe? Antanas Mockus ?ivickas (1952- ), matem?tico, fil?sofo, pedagogo, rector universitario, alcalde de Bogot?, candidato a la presidencia y actual senador electo por el partido Alianza Verde.Han sido, sin duda, actores significativos en la historia de nuestro sistema educativo moderno ?en el amplio arco que abarca desde fines del siglo XIX hasta inicios del siglo XXI?, y sus vidas aportan claves para entendernos. Sin embargo, no es f?cil hallar un nombre com?n para todos ellos: ?maestros, pedagogos, intelectuales de la educaci?n, funcionarios de la pol?tica educativa, agentes culturales?? No es permitido responder con un f?cil ?todas las anteriores?, pues aunque cada uno de ellos ocup? varias de esas posiciones, tal vez todas, no todos fueron tan maestros de escuela, ni todos fueron tan funcionarios del Estado? Pero hay una raz?n m?s profunda para pensarlo dos veces, antes de etiquetarlos en grupo o a cada uno en particular: la raz?n hist?rica que consiste en entender que todos esos nombres o roles no aplican del mismo modo en distintas ?pocas de nuestra ?evoluci?n educativa?. Llamarse ?pedagogo?, digamos, no significaba lo mismo para don Mart?n Restrepo Mej?a y sus contempor?neos de 1910, que para nosotros los coet?neos del ?profe? Antanas Mockus o del maestro Estanislao Zuleta. Aunque deba reconocerse la persistencia de un cierto aire de familia.
El lector hallará reunidos acá siete fragmentos biográficos destinados a reactivar la memoria de la práctica pedagógica colombiana, según una expresión de Olga Lucía Zuluaga. Se trata de una selección de las trayectorias vitales e intelectuales de hombres como don Martín Restrepo Mejía (1861-1940), pedagogo oficial de la Regeneración y la Hegemonía conservadora; Don Agustín Nieto Caballero (1889-1975), pedagogo emblemático de la República liberal y difusor de la Pedagogía activa; el doctor José Francisco Socarrás (1906- 1995), rector de la Escuela Normal Superior, primera institución pública para la formación universitaria de maestros; el maestro Estanislao Zuleta (1935-1990), filósofo autodidacta e intelectual crítico del sistema capitalista y sus instituciones escolares; Marco Raúl Mejía Jiménez (1952) promotor de la pedagogía crítica y gestor de la educación popular en Colombia; Francisco Cajiao Restrepo (1947), licenciado en filosofía y economía, motor del debate contemporáneo en educación; y el "profe" Antanas Mockus Šivickas (1952- ), matemático, filósofo, pedagogo, rector universitario, alcalde de Bogotá, candidato a la presidencia y actual senador electo por el partido Alianza Verde.Han sido, sin duda, actores significativos en la historia de nuestro sistema educativo moderno en el amplio arco que abarca desde fines del siglo XIX hasta inicios del siglo XXI, y sus vidas aportan claves para entendernos. Sin embargo, no es fácil hallar un nombre común para todos ellos: ¿maestros, pedagogos, intelectuales de la educación, funcionarios de la política educativa, agentes culturales…? No es permitido responder con un fácil "todas las anteriores", pues aunque cada uno de ellos ocupó varias de esas posiciones, tal vez todas, no todos fueron tan maestros de escuela, ni todos fueron tan funcionarios del Estado… Pero hay una razón más profunda para pensarlo dos veces, antes de etiquetarlos en grupo o a cada uno en particular: la razón histórica que consiste en entender que todos esos nombres o roles no aplican del mismo modo en distintas épocas de nuestra "evolución educativa". Llamarse "pedagogo", digamos, no significaba lo mismo para don Martín Restrepo Mejía y sus contemporáneos de 1910, que para nosotros los coetáneos del "profe" Antanas Mockus o del maestro Estanislao Zuleta. Aunque deba reconocerse la persistencia de un cierto aire de familia.