TOVAR PINZÓN, HERMES
U$ 17,02 16,07 €
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La conquista del Nuevo Mundo trajo grandes beneficios para los países colonizadores que, a través de nuevas instituciones como el sistema colonial y sus haciendas, latifundios y plantaciones pudieron atender sus demandas de alimentos, materias primas y acumulación de capital. En América, no obstante, este sistema colonial resultó ser una economía dependiente de la explotación, que introdujo la expropiación de tierras de las comunidades indígenas, proceso para el cual se utilizaron mecanismos de fuerza y violencia como la esclavitud indígena, el incendio de pueblos, la destrucción de sus frágiles o complejas economías, las violaciones de mujeres y la fundación de pueblos e instituciones que consagraron el saqueo de metales preciosos. No sorprende, por lo tanto, que estos procesos derivaran en confrontaciones sociales y profundos cambios ecológicos. Este libro estudia los problemas propios del sistema colonial en la Nueva Granada, donde surgieron haciendas de ganados, caña de azúcar, cacao, trigo, con cuyos productos se atendían mercados urbanos, regionales e internacionales a una escala menor. Esta obra examina también la operación propia de estas haciendas, las cuales buscaron obtener mejores rentas mediante la sustitución del trabajo esclavo y servil de los indios por concertados, terrajeros y trabajadores a destajo. El surgimiento de estos actores hizo que las haciendas jugaran un rol fundamental en el desarrollo de la economía, ya que, además de abastecer los mercados con sus productos, pagaban parte de los salarios en dinero y proveían préstamos en dinero.