ÁNGEL BLAS RODRÍGUEZ Y ALFONSO RUBIO
U$ 6,41 6,05 €
U$ 6,41 6,05 €
Las crónicas de rescatan, con oportunidad y agudeza, dos géneros literarios que están en extinción: el informe de viajero y el medio epistolar. Un intercambio de cartas entre dos españoles, uno desde ciudad de México y otro desde la ciudad de Medellín, donde aparece la visión del ojo anejo, la opinión del visitante que, gozando del privilegio de ver por primera vez un lugar y sus gentes, puede dar razón de las diferencias que encuentra con otros lugares, en especial con su lugar de origen. Ese ojo ajeno, sensible alo que la costumbre y la rutina no dejan ver, quien puede revelar al ciudadano asuntos propios que sólo perciben los extraños. En un cruce de cartas que se muestra innovador en un momento en que la tecnología de la red virtual ha convertido la correspondencia en un género del pasado, los autores de este libro lo retoman como medio de comunicación y explotan con sabiduría sus potenciales creativos. Hay en estas cartas de la atmósfera de intimidad, de cercanía, propia del estilo epistolar, siempre entre dos y siempre coqueteando con la intromisión de un tercero distintos al remitente o al destinatario. Crónicas para un público que va desde el científico social que espera la visión desprevenida del viajero inteligente, hasta el lector común que desea disfrutar de una buena prosa y de la pertinencia y originalidad de las historias que se narran.El monstruo en el hueco rescatan, con oportunidad y agudeza, dos géneros literarios que están en extinción: el informe de viajero y el medio epistolar. Un intercambio de cartas entre dos españoles, uno desde ciudad de México y otro desde la ciudad de Medellín, donde aparece la visión del ojo anejo, la opinión del visitante que, gozando del privilegio de ver por primera vez un lugar y sus gentes, puede dar razón de las diferencias que encuentra con otros lugares, en especial con su lugar de origen. Ese ojo ajeno, sensible alo que la costumbre y la rutina no dejan ver, quien puede revelar al ciudadano asuntos propios que sólo perciben los extraños. En un cruce de cartas que se muestra innovador en un momento en que la tecnología de la red virtual ha convertido la correspondencia en un género del pasado, los autores de este libro lo retoman como medio de comunicación y explotan con sabiduría sus potenciales creativos. Hay en estas cartas de la atmósfera de intimidad, de cercanía, propia del estilo epistolar, siempre entre dos y siempre coqueteando con la intromisión de un tercero distintos al remitente o al destinatario. Crónicas para un público que va desde el científico social que espera la visión desprevenida del viajero inteligente, hasta el lector común que desea disfrutar de una buena prosa y de la pertinencia y originalidad de las historias que se narran.En un cruce de cartas que se muestra innovador en un momento en que la tecnología de la red virtual ha convertido la correspondencia en un género del pasado, los autores de este libro lo retoman como medio de comunicación y explotan con sabiduría sus potenciales creativos. Hay en estas cartas de la atmósfera de intimidad, de cercanía, propia del estilo epistolar, siempre entre dos y siempre coqueteando con la intromisión de un tercero distintos al remitente o al destinatario. Crónicas para un público que va desde el científico social que espera la visión desprevenida del viajero inteligente, hasta el lector común que desea disfrutar de una buena prosa y de la pertinencia y originalidad de las historias que se narran.El monstruo en el hueco la atmósfera de intimidad, de cercanía, propia del estilo epistolar, siempre entre dos y siempre coqueteando con la intromisión de un tercero distintos al remitente o al destinatario. Crónicas para un público que va desde el científico social que espera la visión desprevenida del viajero inteligente, hasta el lector común que desea disfrutar de una buena prosa y de la pertinencia y originalidad de las historias que se narran.