GRISALESA VARGAS, ADOLFO LEON
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La historia del pensamiento occidental está atravesada por un desmedido prejuicio en contra de la vida cotidiana y el saber práctico. Nos define una vieja vocación por lo heroico y lo extraordinario, por lo ideal y lo abstracto, por llevar una existencia a la intemperie, fuera de la caverna. Este desprecio por la cotidianidad, esta exigencia de trascenderla, se hace evidente en la manera como la estética y la teoría del diseño han pensado la relación entre artesanía y arte. La crítica que suele hacerse del carácter rutinario del trabajo artesanal y la utilidad de sus productos es, en últimas, una crítica a la vida cotidiana en su conjunto. Y el hecho de que, desde la perspectiva del arte, ser útil se constituya en un rasgo negativo, hace que tal crítica sea también dirigida a la carencia de sentido y finalidad de la vida cotidiana en sí misma, con lo que se termina por instaurar una especie de oposición entre arte y vida, y la exigencia de redimir a la vida cotidiana de su insignificancia.
El propósito de este libro es indagar la forma en que ha sido pensada la vida cotidiana y los objetos asociados a ella, tanto los utensilios como las obras de arte, y preguntarse por la justificación del prejuicio con el que se la ha entendido. Para ello se entra en diálogo, y controversia, con algunos filósofos y teóricos del diseño, tales como: M. Heidegger y R. G. Collingwood, O. Aicher, J. Heskett, T. Maldonado y G. Dorfles.